La Masía de Brasil
Es 22 de diciembre en Sao Paulo. El sol aprieta como es menester en
esta época del año cuando los responsables del Sao Caetano abre las
puertas del club a MARCA. La gente se relaja en una de las dos piscinas
que tiene la instalación, seña de que no estamos ante cualquier entidad.
El Sao Caetano es todo un ejemplo de cómo trabajar el fútbol base. "Nosotros tenemos 234 escolinhas,
en las que suele haber 27 ó 28 jugadores. El objetivo es que los chicos
que destaquen pasen a formar parte de nuestro club. Contamos con un
gran equipo de entrenadores que se encargan de hablar con la familia del
jugador", explica Nairo Ferreira de Souza, presidente del Sao Caetano.
El conjunto brasileño disputó su primer partido el 18 de marzo de
1990 en la tercera división del Campeonato Paulista. Desde entonces ha
llovido mucho. Tanto que catorce años más tarde, el equipo formado por
Silvio Luiz, Dininho, Thiago, Anderson Lima, Serginho, Triguinho y
compañía levantó el Paulista, un galardón que preside la sala de
trofeos.
Un éxito al que el club también tiene especial cariño es al segundo
puesto conseguido en el Paulista sub 20 ante el Santos. "Fue la
recompensa a todo el trabajo. Era el Santos de Neymar y Ganso, un equipo
fortísimo y nosotros les plantamos cara", recuerda Nairo mientras
contempla la foto de esa generación, que cuelga en la pared de su
despacho.
Referencia en yudo
Brasil se prepara para dos
eventos que le harán acaparar los ojos de todo el mundo. El primero será
el Mundial de 2014: "Ser finalistas y no ganar el campeonato sería un
fracaso para todo el país. Se trabaja exclusivamente para ello",
reconoce el periodista deportivo Francisco Tadeu.
Otro serán los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en 2016. El Sao
Cetano no focaliza todos sus esfuerzos en el fútbol, ni mucho menos. En
su sede social se puede hacer desde danza a yudo, una disciplina en la
que la entidad busca ser una referencia a nivel nacional, formando
chavales y compitiendo al máximo nivel dentro y fuera de sus fronteras.
"Marque para siempre, permanezca en la memoria, perpetúese en la
inmensidad y dé honor a la ciudad que le vio nacer". Es la letra del
himno del Sao Caetano, un club humilde y todo un ejemplo de cómo hacer
las cosas en estos tiempos en lo que lo habitual es no mirar hacia
abajo.
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